martes, 23 de noviembre de 2010

Miedo

Después de mucho tiempo vuelvo a sentir el miedo. Estoy disfrutando de esta sensación porque al parecer, ocurre de manera espontánea; me refiero, yo ni me imaginé que una simple fotografía podría provocarme tantas sensaciones de pánico e impotencia.

Ahora que estoy sentado frente a mi balcón, escuchando un par de melodías que deberían cumplir con su efímera tarea de levantar mi confianza, no me entra otra idea a la cabeza más que el hecho de sentir que algo no encaja en todo este asunto. Algo no está bien... ya.no.escucho.ningún.oboe

Todo aumenta sus revoluciones, así me decía mi primo cuando se extasiaba pensando en conducir a grandes velocidades. Pero, esta vez, me gustaría que solamente las paredes fueran traspasadas y que el cielo y la tierra me concedan el beneficio de la respuesta.

El último párrafo: donde la palabra estéril penetra el sentimiento. Debo plasmar lo dicho, pero nada he dicho. Aquí hago notar mi desesperado intento por tranquilizarme... ¿Acaso ya estás contento? No se suponía que las cosas fueran así. Ahora todo es un desastre... Esta es la consecuencia de manipular el pasado, como me decía mi profesora en ese bus: a veces, las cosas tienen un fondo más hondo que el fondo que has encontrado... El problema es que un corazón desorientado y con miedo, no tiene fondo.

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