Nadie se imagina
cuánto me dolería
ser el espectador
de cómo desechas ese sueño
por culpa de la adversidad
y la pereza.
Nadie ni siquiera vislumbra
lo que significaría
que el día de mañana
abandones esa estrella
Sin luz quedaría,
y apagaríase el camino
de tanta gente que te sigue.
No te ahogues en el calor
Que los vientos pronto soplan
Y traen con ellos
la dicha de la virtud
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