Me han robado. Me han robado la imaginación. Simplemente la tomaron, y salieron corriendo: Encendieron con ella las luces de las calles, le subieron el volumen al sonido de la lluvia golpeando los adoquines, y confundieron las gotas celestes con mis lágrimas. Ya ni siquiera puedo usar otra, no encuentro el camino a casa, me perdí con este arcoiris.
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