domingo, 5 de diciembre de 2010

Yo te recordé. Ambigüedad.

<< Aquí >> La luna, que como un espejo, refleja y comparte con todos nuestras más profundas fantasías de amor, locura y desenfreno. Nos une con nuestros amigos, con nuestros familiares. Mientras este chileno la observa, un colombiano le conversa en secreto. Cuantas estratagemas tiene planeada esta mujer... Cuantos rostros veo reflejados en tu semblante; rostros que más adelante me serán tan familiares.


<< Allá >> Quiero bailar contigo, sólo una vez para que no digan que te quito el brillo. Quiero cantar contigo un par de canciones, y hacerte entender que eres la única. Oh, Luna de mi alma, ni las Pléyades son tan hermosas, que Virgo sea testigo de cómo te observo cada noche, y cómo alucino con tu belleza. 

<< Ahora>> Esta vez el tiempo nos encuentra. ¿Te preguntas qué son esas lágrimas que fluyen (al parecer) carentes de significado? Soy yo, que te estoy esperando. Soy yo, que le pedí a la Luna que te entregara el don de recordarme, recordar cómo éramos de felices en esa otra vida, esa otra vida que también ella presenció.


<< Quizás >> En ésta aún no hemos confluido. ¿Qué significan estas lágrimas otra vez? ¿Será que acaso en este acto nosotros no nos besamos? Por qué no me miraste, te habrías dado cuenta... Nada parece tener sentido... Mejor hago comienzo a esta espera, de seguro pasas de nuevo y esta vez me miras; No es una espera infinita, no seas iluso. Cierto Luna? él viene en camino, ella lo sabe.

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