Esperar una eternidad, con ojos vidriosos y con las manos en el pasto. Sin hacer nada y resignado -o confiado- a que las cosas no van a suceder ni en lo inmediato, ni en lo próximo.
"Cuando el destino arregla un encuentro, no existe ningún sentimiento que sea capaz de garantizar un escape a los sucesos. Si las cosas deben ser, serán. No se necesita de ninguna acción externa."Por ahora, claudico en un parque, y con el iPod bien sintonizado a una canción que me haga realizar cuan feliz me encuentro.
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