Levantamos la mirada al cielo nocturno. Ahí nos damos cuenta cuánto desconocemos, cuanto nos desconocemos, y cómo, a pesar de la distancia, las estrellas nos unen en un espejo de miradas.
Me siento en el pasto de la plaza a meditar cosas sin sentido. Tú estabas en un sillón con una copa de vino en tu mano, muy probablemente brindando por estas fechas tan importantes para el folklore nacional. Mi mente no cesa, y mi corazón no para. Soy el chico de los poemas secretos, pero aún así, me gusta entonar los himnos cínicos al aire... Son lo suficientemente cínicos como para ignorar completamente mi entorno y simplemente enfocarme en tu rostro. Me agrada pensar en sueños de adolescente ilusionado; No necesito despertarme (aún)
Me estoy enamorando hoy de ti, y no entiendo por qué. Le busco una explicación a algo que muy probablemente no tiene una respuesta. Creo que por hoy, no me quedo contigo: Tú sólo con tu copa de vino y yo sólo con mis himnos cínicos. La vida se encarga de los martirios únicos...
Ahora y muy probablemente, nuestros cuerpos no se entrelazan... Que bueno que tengo mis himnos cínicos para cantarlos. Cantando soy muy bueno esperando =)
Dedicado a la compañía soledad.
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